De vuelta a Málaga, tras la estancia en tierras aragonesas, por consejo de nuestra querida amiga Teresa Colas, pasamos unos instantes por Medinaceli, y prometimos volver. Se cumplieron los augurios de nuestra amiga; es un lugar para visitar, con tiempo, con interés y dedicarle buena atención a su estructura y edificaciones, en mi caso para la fotografía, como no podía ser de otra forma.
En el camino, justo a la entrada del pueblo viejo y en un cruce de caminos, está la Ermita del Humilladero, aquí dejo la foto que tomé en una breve parada, espero hacer algo mejor cuando vuelva.