Aunque se planee con suficiente antelación la ejecución de una fotografía, siempre se seguirá dependiendo de "la suerte", en este caso de lo que nos deparará la climatología.
Tras consultar la predicción del clima para el día, la hora de la puesta del Sol, etc., pues "la suerte" podría hacer que esas nubes previstas, al no ser demasiado densas y con una velocidad del viento de una 14 km. h. y otras características, hubiesen ido adquiriendo ese color rojizo propio de los atardeceres del otoño ...pero, lo dicho, la suerte no acompaña, otro día será.
Así que después de haber esperado algo más de una hora para fijar el mejor sitio, encuadrar y hacer los ajustes precisos; las nubes, la luz y "el color" no se comportan según lo previsto, excepto la visita de un asiduo viajero alado que suele pasar por la zona con frecuencia y a la misma hora.
En fin, aquí dejo dos fotos de "lo que había".
2 comentarios:
¿Y esa pequeña ola que rompe dejando su espuma blanca justo debajo del Peñón del Cuervo también estaba prevista? Muy buenas.
jajajajaja, es perspicacia del "retratero". Un abrazo, Pepe
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