viernes, 4 de septiembre de 2009

Agridulce

Pues algo así es el sentir que podría quedar después de vivir una experiencia algo rocambolesca en lo que a fotografía se refiere.

Ahora bien, el título tan sólo se queda como eso, como título, ya que estando en el lugar que estuvimos mi amigo Vicente y yo, siendo el día que era, luna llena, haciendo y compartiendo tanto la afición por la fotografía como la pasión por la Naturaleza, el asunto de “Agridulce” se queda, repito, en un mero título.

En este artículo como en casi todos los que publico, mi única intensión está en compartir con todos aquellos que me siguen, las emociones, experiencias y vivencias que sobre todo en relación a la fotografía, disfruto tanto en solitario como junto a mis compañeros. En esta ocasión como en tantas otras esto se lo debo a mi amigo Vicente que no sólo conoce perfectamente el asunto de luces y horarios para la fotografía de paisaje, sino que en el terreno del medio natural, la escalada, y la desenvoltura en el campo en todas sus facetas; es para él algo simple, y llevadero como si de la vida cotidiana se tratase.

Vernos en medio del Torcal, una esplendida luna llena, ver todo como si fuese de día, andar por esas rocas en plena noche y madrugada, son experiencias que se viven intensamente y que siempre quedan para el recuerdo. Por eso esto que paso a relatar y que formaría parte de ese “Agridulce” pues como que es una simple anécdota y tan sólo provocó las risas y el “cachondeito” propio de la situación.

Vamos al tema, empezamos haciendo fotos de unas luces algo espectaculares, aunque el fortísimo viento que reinaba en Las Ventanillas era casi huracanado y nos movía las cámaras como si tuvieran “el Mal de Sambito” pero aún así la contemplación del espectáculo era suficiente para estar contentos. El asunto se fastidió cuando después de haber estado haciendo estas fotos con mi cable sincronizador y funcionando sin problemas, pues “ZAS” a chorrarla, se fue al garete cuando realmente hacia más falta, en las fotos nocturnas. El asunto es que en vista del mal, y que la puñetera cámara no me permitía dejar el obturador abierto de forma automática, pues hay que recurrir a algo impropio pero que como uno es un tanto “ceporro” y “cabezón” pues nada a meter el dedo, haber que pasa.

Resultado: de sobra se sabe que para hacer fotos nocturnas con la intención de sacar los trazos de estrellas, pues mire usted, como que no. Eso sí, se puede sacar un tipo de trazos un poco light, toda vez que andamos con una luz “parasita” provocada por la propia luna y que obliga a exposiciones menores, a compensaciones distintas de las que se suelen hacer con ausencia total de luna, etc. además los trabajos de este tipo siempre se enfocan a tomas muy especificas y que no siempre suelen ser tan impactantes como pueden serlo en las condiciones antes descritas. Así que imaginen, exposiciones de entre 4, 6, 15 e incluso más minutos, y esto con el dedito apretando el obturador, a mi amigo Vicente y a mí, nos entraba la risa, así que las fotos no sólo salían trepidadas, sino que como se trataba un poco de averiguar tiempos de exposición para tomar notas, pues los encuadres como que quedaban en un segundo o tercer plano. Por tanto lo que salió fue estas fotos que voy a dejar a continuación y que tan sólo están a título de ejemplo del desastre, ya que en condiciones normales habrían ido a parar directamente a la papelera, pero en fin, yo las hice, yo las firmo, yo las recuadro y las expongo, los gorrazos, pues ya se me darán en su momento.

He aquí las interfectas.



El resto son algunas de las imágenes que pudimos hacer y que forman parte de esos momentos de recuerdo y que pasan a nuestros álbumes particulares, además de ser compartidas con cariño con todos los que las ven.




2 comentarios:

Pepe del Montgó dijo...

El Torcal da para mucho, pero fotos nocturnas nunca he hecho y menos con cabras incluidas. Me gusta mucho la de la luna justo detrás de la cámara con el fotógrafo y el detalle de las botas en las dos últimas. A los que nos gusta la fotografía sabemos que no se trata de conseguir instantáneas oportunas sino tambien de pasarlo bien. Saludos

Una senderista. dijo...

Fotos muy buenas a pesar del incidente, el Torcal es mágico, yo he ido varias veces de noche, nada que ver con la luz solar